Con la llegada de las primeras lluvias del año, muchos costarricenses esperan la aparición de los tradicionales “abejones de mayo”, esos escarabajos que revolotean por las noches, atraídos por las luces de las casas. Aunque su nombre sugiere una sola especie, en realidad se trata de un conjunto diverso de escarabajos, mayormente pequeños (de menos de 3 cm), que emergen al mismo tiempo como parte de un fenómeno natural fascinante.

Diversidad que Vuela

Los “abejones de mayo” no son una sola especie, sino muchas. Si se observa con detenimiento, se pueden notar diferencias en colores, tamaños y formas. Dependiendo del sitio, se pueden encontrar desde una o dos hasta más de veinte especies distintas. Mientras la mayoría de estos escarabajos son nocturnos y pasan el día ocultos bajo tierra, algunas especies son activas durante el día. Estas últimas, generalmente más pequeñas y de colores vivos, son conocidas popularmente como “ahogapollos”.

El ciclo de vida de los abejones comienza entre abril y mayo, cuando las hembras depositan sus huevos bajo tierra. De estos nacen pequeñas larvas conocidas como jogotos (también llamadas jogotos o chobotos), que crecen durante unos cinco meses, alimentándose y mudando de piel varias veces. En septiembre u octubre, alcanzan su desarrollo máximo y se transforman en pupas. Aunque se convierten en adultos hacia diciembre, permanecen bajo tierra hasta que las lluvias de abril o mayo los invitan a salir.

Abejones : Depredadores Naturales

Durante su vida, estos insectos enfrentan varios depredadores. Las aves se alimentan de los adultos, mientras que algunas moscas parasitan a los escarabajos poniendo huevos sobre sus cuerpos. Las larvas, por su parte, son cazadas por mamíferos como pizotes y armadillos que las buscan escarbando en la tierra.

Para muchas personas en Costa Rica, la aparición de los abejones de mayo es un evento nostálgico y entrañable. Marca el inicio de la temporada lluviosa y trae recuerdos de infancia. Sin embargo, otros los perciben como insectos molestos, quizá por desconocimiento de su importancia ecológica.

En la Naturaleza y en el Campo

Durante una visita a Cascadas del Toro, se observó a la especie Callistethus vanpatteni alimentándose de Anisillo (Piper aritum), mientras que en otras zonas del país, especies del género Phyllophaga se alimentan de Guarumo (Cecropia spp.). Sin embargo, no todo es armonía: en zonas agrícolas, las larvas pueden causar daños severos a los cultivos al alimentarse de raíces y tubérculos, lo que implica grandes pérdidas económicas para los agricultores.

El concepto de plaga, sin embargo, es relativo: depende de cuánto afecte al ser humano. Conociendo su biología, es posible manejar sus poblaciones para minimizar el impacto sin eliminar especies innecesariamente.

Una Alerta sobre su Disminución

En Costa Rica se han identificado alrededor de 430 especies de abejones de mayo, la mayoría asociadas a bosques naturales. Solo unas 90 especies han logrado adaptarse a ambientes modificados como potreros, jardines y zonas agrícolas. No obstante, su número ha disminuido drásticamente: se estima que sus poblaciones han caído entre un 90% y 95% en los últimos 40 años.

Según investigaciones recientes, esta disminución se relaciona con el cambio del uso del suelo en el Valle Central. Lo que antes eran cafetales y cultivos en lugares como Moravia, Tibás y Heredia, ahora son urbanizaciones. La pérdida de áreas verdes ha reducido los hábitats donde estos insectos podían desarrollarse.

Sensorial Sunsets