Sanatorio Durán: historia y misterio en Cartago

Sanatorio Durán
Ubicado en las faldas del volcán Irazú, en el distrito de Potrero Cerrado de Oreamuno, a tan solo 7 kilómetros al norte de la ciudad de Cartago, se encuentra una de las edificaciones históricas de Costa Rica: el Sanatorio Durán. Fundado en 1918 por el médico y político Carlos Durán Cartín, expresidente de la República y Benemérito de la Patria, este lugar fue concebido originalmente como un centro de atención especializada para pacientes con tuberculosis.
Sanatorio Durán: Un monumento a la historia médica de Costa Rica
Durante sus años de funcionamiento, el Sanatorio Durán fue considerado un hospital de primer nivel, con capacidad para albergar a unos 300 enfermos. En su momento, llegó a rivalizar en prestigio con los mejores sanatorios de América y Europa, gracias a sus instalaciones modernas y a su ubicación estratégica: aislado y en un clima frío, ideal —según creencias de la época— para el tratamiento de esta enfermedad altamente contagiosa.



Con el avance de la medicina y la introducción de tratamientos farmacológicos más eficaces, la incidencia de la tuberculosis fue disminuyendo gradualmente en el país. Hacia 1963, el sanatorio comenzó a desocuparse y alrededor de 1967 dejó de funcionar oficialmente como hospital. Su historia, sin embargo, no terminó allí.
De hospital a patrimonio: transformación
Actualmente, la Unión Nacional de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios Costarricenses (UPA Nacional) administra el Sanatorio Durán como un parque recreativo. El complejo conserva parte de su infraestructura original, y sus encargados la han adaptado para recibir a turistas, familias y grupos que buscan conectar con la naturaleza, la historia e incluso con el misterio.
La propiedad también se utiliza para el cultivo de hortalizas y alberga estudios en agricultura. Además, las instalaciones pueden alquilarse para reuniones y seminarios con capacidad para 125 personas, y cuentan con habitaciones, comedor, baños y un área para acampar.
¿Sabías que…?
El Sanatorio Durán, ubicado en Potrero Cerrado de Oreamuno, Cartago, a tan solo 7 km del centro de la ciudad y a 18 km del volcán Irazú, es una emblemática construcción fundada en 1918 por el médico y expresidente Carlos Durán Cartín como hospital especializado en tuberculosis. Considerado en su época uno de los mejores sanatorios de América, llegó a albergar hasta 300 pacientes, aprovechando su aislamiento y clima frío como parte del tratamiento.
Tras el declive de la enfermedad en los años 60, el edificio fue desocupado y hoy funciona como parque recreativo bajo la administración de UPA Nacional. Declarado Patrimonio Histórico-Arquitectónico en 2014, el sitio ofrece áreas de picnic, zonas de cultivo, espacios para eventos, y ha ganado popularidad tanto por su historia médica como por las leyendas paranormales que lo rodean. Abierto todos los días de 8 a. m. a 4 p. m., con entrada de ¢2.000 para adultos y acceso gratuito para niños, es un destino imperdible para quienes buscan historia, naturaleza y un toque de misterio.



Explorando el Sanatorio Durán
El sitio ha adquirido fama no solo por su valor histórico y arquitectónico —fue declarado Patrimonio Histórico-Arquitectónico de Costa Rica mediante el decreto N°38657-C en noviembre de 2014—, sino también por las múltiples leyendas urbanas y relatos paranormales que se han tejido a lo largo del tiempo. Aunque no existen pruebas científicas, muchos visitantes aseguran haber sentido presencias o escuchado sonidos extraños en los antiguos pasillos del sanatorio, lo que ha alimentado su reputación como uno de los lugares más misteriosos del país.
El horario de atención es de domingo a domingo, de 8:00 a.m. a 4:00 p.m. La entrada tiene un costo de ¢2.000 para adultos, mientras que los niños ingresan gratuitamente.
El sitio ofrece parqueo, áreas de picnic, ranchos familiares, cafetería y permite el ingreso de mascotas. También puede llevar su propia alimentación si así lo desea. El Sanatorio Durán —también conocido como Sanatorio Carlos Durán Cartín o Sanatorio de Tierra Blanca— continúa siendo un testigo silencioso del pasado médico de Costa Rica y una atracción ideal para quienes buscan cultura, aventura y un poco de misterio en un solo lugar.
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