Costa Rica alberga más de 149 especies de ranas, entre ellas la famosa rana arbórea de ojos rojos y las coloridas ranas dardo venenosas. Las ranas son más activas después del atardecer, por lo que las caminatas nocturnas son ideales para observarlas.

Durante la temporada verde, de mayo a noviembre, aumentan las probabilidades de encontrarlas en plena actividad.

Anfibios de Costa Rica: belleza, biodiversidad y conservación

La riqueza natural de Costa Rica la convierte en un paraíso para quienes buscan ver ranas en su hábitat natural. Su variedad de ecosistemas, que incluye selvas tropicales, bosques nubosos, manglares y humedales, ofrece las condiciones perfectas para una gran diversidad de anfibios.

Más allá de su belleza, las ranas desempeñan un papel fundamental en el equilibrio ecológico. Son tanto depredadoras como presas, ayudando a controlar poblaciones de insectos y sirviendo de alimento a animales más grandes.

También son indicadores de la salud ambiental. La presencia de poblaciones saludables de ranas refleja un ecosistema equilibrado y bien conservado.

Las ranas más emblemáticas de Costa Rica

Cada caminata por la selva tropical puede sentirse como una búsqueda del tesoro. Con más de un centenar de especies, estas son algunas de las más reconocibles y fascinantes:

Rana arbórea de ojos rojos

Es la rana más icónica de Costa Rica. Su cuerpo verde brillante, sus ojos rojos y los tonos azul y amarillo de sus flancos la convierten en una especie inconfundible. Es nocturna y se camufla perfectamente durante el día entre la vegetación.

Rana dardo venenosa de fresa

De color rojo intenso y patas azules, esta pequeña rana también es conocida como “rana jeans”. Habita en las selvas bajas y es fácil de identificar por su llamativo colorido y su fuerte canto.

Ranas de cristal

Pequeñas, delicadas y translúcidas, permiten ver sus órganos internos a través de su vientre. Se encuentran cerca de arroyos en bosques húmedos y suelen descansar en el envés de las hojas.

Rana venenosa dorada

De un brillante color amarillo, es una especie rara y muy buscada por los observadores de vida silvestre. Aunque produce una potente toxina en la naturaleza, admirarla a distancia es totalmente seguro.

Rana dardo venenosa verde y negra

Sus patrones de color verde eléctrico y negro intenso parecen pintados a mano. Es común en los bosques húmedos y suele moverse entre la hojarasca y los arroyos.

Rana venenosa azul

Con cuerpo azul brillante y cabeza roja, esta especie es típica de las tierras bajas del Caribe. Su contraste de colores la convierte en una de las más fotogénicas.

Rana René o rana hoja

De color verde brillante y apariencia simpática, recuerda a la famosa marioneta Kermit. Es nocturna y suele posarse sobre hojas anchas cerca de cuerpos de agua.

Rana reloj de arena

La «rana reloj de arena» de Costa Rica es la rana arbórea amarillenta (Dendropsophus ebraccatus), llamada así por las manchas oscuras en su dorso que se asemejan a un reloj de arena. Es un anfibio arborícola, de hábitos nocturnos, que vive en zonas húmedas bajas y bosques tropicales o subtropicales de la vertiente pacífica y caribeña del país. Se caracteriza por su piel lisa de color amarillo oliva con manchas oscuras y por ser capaz de poner sus huevos tanto en agua como en tierra.

Rana lechosa

Esta es una rana nocturna que normalmente se encuentra posada en las ramas de los árboles y la vegetación mientras busca alimento por la noche. Se refugia en bromelias, huecos de árboles, bajo cortezas de árboles tanto vivos como muertos, o en vainas de plátano o heliconia durante la estación seca. Produce una secreción lechosa cuando se siente amenazada. De cuerpo marrón grisáceo con extremidades azul pálido, vive en lo alto de los árboles.

Sapo gigante

También llamado sapo de caña, es uno de los anfibios más grandes de Costa Rica. Su aspecto robusto y su piel rugosa lo hacen inconfundible.  Este enorme sapo puede alcanzar los 17 cm y se le puede encontrar activo tanto de noche, como por el día. Al igual que todos los sapos y ranas de su tamaño, es terrestre. En cuanto a su ubicación, se le puede encontrar por el país.

Rana coronada

Tiene como una especie de corona dentada en la parte superior de la cabeza. Una vez más hablamos de una rana que está en peligro de extinción por la destrucción de su hábitat, los bosques tropicales. Se la puede encontrar en la zona central de Costa Rica, es nocturna, arbórea y mide unos 8 cm.

Rana común de lluvia

Esta rana de 5 cm se la puede ver en todo el país salvo en la provincia de Guanacaste. Es nocturna y se la puede encontrar tanto en el suelo, como en los árboles.

Rana ternero o rana come pollos

Puede llegar a medir hasta 17 cm. De hecho, son tan grandes que se alimentan de otras ranas de menor tamaño, serpientes, pequeñas aves o incluso de murciélagos. Son nocturnas, viven en el suelo y se pueden encontrar en toda la costa del Atlántico, la del sur del Pacífico y la mayor parte del norte del país.

Cuándo y dónde ver ranas en Costa Rica

El momento del día es clave para observar ranas. La mayoría de las especies son más activas al atardecer y durante la noche, cuando la humedad aumenta y el bosque se llena de sonidos.

La temporada verde, de mayo a noviembre, es especialmente buena para el avistamiento, ya que las lluvias refrescan el ambiente y favorecen su actividad. Las mañanas después de una tormenta también son excelentes para encontrarlas descansando sobre hojas o cerca de pequeños charcos.

Entre los lugares más recomendados se encuentran las selvas tropicales de la zona norte, los bosques nubosos de Monteverde, los humedales del Caribe y las reservas naturales cercanas a ríos y quebradas.

Consejos para observar ranas con respeto

Disfrutar del avistamiento de ranas en su entorno natural es una experiencia inolvidable, pero debe hacerse de manera responsable.

  • Manténgase siempre en los senderos marcados para evitar pisar zonas sensibles.
  • Use linternas con luz roja, ya que las luces blancas pueden afectar sus ojos.
  • Mantenga una distancia prudente y evite tocarlas o moverlas.
  • Hable en voz baja para no alterar su comportamiento.
  • No las recoja ni las manipule, los aceites humanos pueden dañar su piel.
  • Y, si realiza una caminata guiada, siga las recomendaciones de su guía, quien conoce las mejores prácticas para protegerlas.

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