Murciélagos de Costa Rica: diversidad, ingenio y caza nocturna

Costa Rica alberga cerca de 220 especies de mamíferos no marinos, de los cuales aproximadamente la mitad —117 especies hasta la fecha— son murciélagos. Esta cifra puede sorprender, especialmente si se considera que en todo Estados Unidos existen alrededor de 40 especies. Lo más impresionante es que, a pesar de su pequeño tamaño geográfico (serían necesarias unas 192 Costa Ricas para igualar el área de EE. UU.), este país centroamericano contiene aproximadamente el 8% de todas las especies de murciélagos del planeta.
La diversidad de los murciélagos costarricenses es extraordinaria tanto en forma como en función. Sin embargo, su relevancia va mucho más allá de lo visual, ya que estos mamíferos desempeñan roles ecológicos fundamentales.
Los murciélagos insectívoros contribuyen al control de plagas, los frugívoros ayudan a dispersar semillas al defecar mientras vuelan por el bosque, y aquellos que se alimentan de néctar y polen son polinizadores esenciales de cientos de especies vegetales.
Murciélagos constructores de tiendas
En Costa Rica se han identificado al menos 17 especies de murciélagos que construyen sus propios refugios. Estos animales modifican hojas anchas —en especial las de ciertas palmas— mordiendo estratégicamente sus estructuras para hacer que se doblen y formen una especie de “tienda de campaña” vegetal donde pueden resguardarse del clima y de los depredadores.



Cada especie presenta un estilo distinto de tienda, y utilizan diversas plantas para crearlas. Los refugios, además de brindar protección, también les sirven como lugares seguros para alimentarse. Estos murciélagos suelen cambiar de tienda con frecuencia, abandonando las viejas para construir nuevas.
Sin embargo, no solo los murciélagos encuentran atractivas estas estructuras: también las avispas las aprovechan, por lo que al explorar estos refugios se debe tener precaución.
Murciélagos pescadores
Dos especies de murciélagos pescadores habitan en Costa Rica: el murciélago pescador mayor y el menor. También se les conoce como murciélagos bulldog, debido a su aspecto facial que recuerda a esta raza de perro. Cuentan con patas agrandadas y garras fuertes, que arrastran por la superficie del agua para capturar peces.
Una vez que detectan a sus presas, las atrapan con sus garras, las matan con sus colmillos y las almacenan en sus bolsas bucales antes de continuar cazando. Estas especies suelen ser registradas mediante cámaras trampa en cuerpos de agua tranquila o de flujo lento. En ocasiones, se les ha observado aprovechando los movimientos de grandes mamíferos acuáticos, como el tapir de Baird, que al remover el sedimento del fondo facilita el acceso a los peces.
El gran murciélago carnívoro
Entre las especies más impresionantes registradas en territorio costarricense se encuentra el murciélago espectral o falso vampiro mayor (Vampyrum spectrum), el cual es el murciélago más grande del hemisferio occidental, con una envergadura que puede alcanzar un metro.
A diferencia de los murciélagos pequeños que revolotean en busca de insectos, esta especie destaca por su comportamiento cazador: persigue activamente a pequeños roedores, aves e incluso otros murciélagos. Aunque rara vez es observado, en registros por cámara trampa se ha podido documentar su capacidad para cazar presas terrestres, lo que confirma su papel como depredador tope entre los murciélagos neotropicales.
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