Para finales de la primera mitad del siglo XX, la guerra fría ya estaba marcando a todos los países del planeta con un fuerte anticomunismo. Debido a esto se comenzaron a generar tensiones a nivel interno de los países, algunas duraron más años, algunas menos, pero ninguna región se libró de los enfrentamientos enmarcados en la lucha en contra del comunismo y la tendencia soviética. 

Década de los 40

Los casos de Costa Rica y Francia resultan similares en algunos puntos a lo largo de la década de los 40, principalmente, e incluso se llega a algunas similitudes es el final de los procesos. Habiendo finalizado la Segunda Guerra ambos países quedan en contextos complicados y con una necesidad de reconstrucción del Estado para solventar las necesidades de sus respectivos pueblos. En el caso de Francia debido a que finalizada la dictadura del régimen de Vichy el sistema político quedó muy debilitado y con un bajo nivel de confianza por parte del pueblo. Costa Rica, por su parte, venía con un partido gobernante desde 1932 (el Partido Republicano) y que en 1940 tomó más fuerza con la llegada del calderonismo al poder.

En el caso de Costa Rica, si bien el gobierno no perdió la confianza del pueblo, ya que promulgó distintas leyes y creó instituciones que beneficiaron a los sectores de clase baja; más bien perdió el apoyo de las élites, con la creación de estas leyes de bienestar social (llamadas en combo como Garantías Sociales), ya que estas perjudican el ingreso de capital de los grandes empresarios del país. La pérdida de este apoyo llega a su punto más alto en 1947 con la firma del Código de Trabajo. Es en este momento donde las élites se unen para conformar una fuerte oposición y convocan a la Huelga de los Brazos Caídos, en la que se buscó que todos los empresarios detuvieran sus actividades dejando al país prácticamente paralizado.

 Vínculos políticos

Aunado a esto, se comenzó a ver con malos ojos los vínculos políticos generados por Calderón, ya que tomó como fuerzas aliadas a la iglesia y al bloque comunista, recién reagrupado bajo el nombre de Vanguardia Popular. Estas alianzas, en el ya mencionado contexto fuertemente anticomunista junto con el malestar de las élites y la anulación de las elecciones de 1948, generaron que un grupo de civiles (principalmente de las élites como empresarios, militares y exportadores) se armaran en una guerrilla denominada “Ejercito de Liberación Nacional”, apoyados por la Legión del Caribe y liderados por el ramonenese José Figueres Ferrer, dando un golpe de estado al gobierno recién impuesto por el parlamento. 

Posterior a esta guerra civil se conforma una asamblea constituyente compuesta por los mayores intelectuales de la época gestando una nueva Constitución Política y dando inicio a la era de la “Segunda República”. Junto con esta constitución llega una nueva validación del sistema democrático, la creación de instituciones como el INVU, el IMAS, la CCSS, el TSE y derechos como el voto de la mujer y las personas afrodescendientes, además de nacionalizar la banca y mantener las garantías sociales ya ganadas desde inicios de la década de 1940 (esto debido al pacto firmado para finalizar la guerra).

En el caso francés, si bien inicia con la caída de la dictadura y la lucha contra los fascismos en Europa, también cuenta con un sistema político en proceso de desmantelamiento gradual. Sin embargo en 1945 se vota por la aprobación de conformar una asamblea constituyente que, incluyendo a todos los partidos presentes en la escena política francesa, formara la nueva constitución que rigiera el estado. 

Es de esta forma como en 1946, luego de dictaduras y una guerra devastadora, Francia conforma su Cuarta República con una nueva constitución que (al igual que la de Costa Rica) brinda sufragio universal y limita el poder de la presidencia cediendo mayor peso al parlamento; pero también dejaría fracturas a nivel ideológico cuyos roces llevaron a que tan solo 12 años después se tuviera que votar una nueva constitución para unificar el sistema político.

Sensorial Sunsets