El 8 de febrero el Gobierno de Costa Rica anunció la prohibición de la pesca del tiburón martillo. En efecto, el presidente Rodrigo Chavez junto con el ministro de ambiente y energía (MINAE), Franz Tattenbach, y el ministro de Ganadería y Agricultura, Victor Carvajal, firmaron el decreto ejecutivo en el que se prohíbe la captura, la retención a bordo, el transbordo, la descarga, el almacenamiento y la comercialización de productos y de subproductos de los tiburones martillo. 

Se establece también que si las especies Sphyrna lewini, Sphyrna zygaena, Sphyrna mokarran son capturadas de forma accidental, deberán ser liberadas ilesas lo más pronto posible y se deben registrar los datos con el Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca). 

El ministro del MINAE explicó que este decreto resulta muy importante puesto que el país hace parte del Corredor Marino del Pacífico y es uno de los mayores impulsores de la Coalición de Alta Ambición para la Naturaleza y las Personas. 

Además, durante la misma conferencia de prensa se dio a relucir el deseo de la Incopesca de reducir un 33% la captura incidental del pez vela. Esto se debe al interés de los sectores pesqueros en encontrar un equilibrio entre la pesca comercial y la pesca deportiva y disminuir los conflictos en los espacios donde se realizan esas actividades. 

Las especies marinas y Costa Rica

Ilustración de época de Un juego de bolos, según François Flameng

La pesca de tiburón se practica desde hace muchos años. Era conocida en el litoral Atlántico y la costa del Pacífico a principios del siglo XIX. De los tiburones se extraía el hígado, el aceite, el cuero, la carne, etc. 

Es entonces cuando en 1929, Costa Rica alienta la pesca de tiburón. Durante esta época, el tiburón no gozaba de buena fama. En diferentes cartas dirigidas al Despacho de Fomento, este animal es descrito como “fieras marinas”. Además, más adelante, se presenta ante el Congreso un proyecto dedicado a la instalación de una fábrica de abonos a base de peces y a la captura de lagartos, garrobos e iguanas. Finalmente fue retirado por el presidente de la época, León Cortés. 

Para 1944, la extracción y la exportación de pieles de lagarto, iguana, culebra y tiburón era una industria bastante conocida en el país, realizada tanto por costarricenses como por extranjeros. 

A pesar de ser industrias ya bien establecidas en Costa Rica, al mismo tiempo existieron grupos ambientales opositores a este tipo de comercios. En efecto, en 1933, un grupo de profesores del Liceo de Costa Rica se manifestaron: 

queremos exponer por su digno medio, al Soberano Congreso de la República, nuestra protesta por el contrato que ahora conoce, tendiente a transformar los animales vivos que puedan procurarse, en abonos. Ello es un crimen de lesa naturaleza que implica devastación y ruina para un futuro próximo, de nuestras riquezas en pesos marina.” 

Sin embargo, durante la epoca de los cuarenta y las siguientes, la pesca de tiburón aumentó hasta que el Gobierno tuvo la necesidad de implementar su regulación. Es así como en 1947 y 1949 se crea la ley de caza y pesca y el reglamento de pesca complementario a la ley de aguas de 1942. Aquí, se establece la creación de un departamento de pesca vinculado con la Secretaría de Agricultura e Industrias, que en 1944 pasó a ser el Instituto de Pesca y Acuicultura. 

Aun si existen varias leyes que protegen la vida marina, estas no recaen en las instituciones específicas y las acciones necesarias se incumplen. Apenas en 1996, el Estado de la Nación consideraba el tiburón como una de las especies más representativas del comercio pesquero, siendo el cazón, la posta, el maco y la aleta los diferentes cortes que se extraen de este animal. 

Se cazaba tanto este animal durante estos años que se registraban disminuciones en la pesca de tiburón debido a que la caza excesiva provocaba que la reposición natural de esta especie fuera casi imposible. Por esta razón es que se comienza a defender al tiburón. Sin embargo, los pescadores artesanales sintieron al principio cierto abandono por parte del Gobierno:

La relación no ha sido nada buena, los desacuerdos entre el MINAE, INCOPESCA y nosotros, han afectado mucho pero no puedo ser hipócrita, hay instituciones que se han volcado al lado de nosotros como el MAG (Ministerio de Agricultura y Ganadería), el IMAS (Instituto Mixto de Ayuda Social) que nos ha ayudado, también está Pronature, Marviva y el INFOCOOP (Instituto de Fomento Cooperativo)”.

A pesar de todo, los pescadores se encargaron de la tarea de cuidar al tiburón y a las especies en peligro, pescar lo que necesitaban y devolver al mar cualquier ser que no se comercializara.

¿Solucionaron estas medidas la pesca ilegal del tiburón? No. De hecho, en el 2012 Colombia detuvo un barco costarricense de pesca ilegal en el que se encontraron restos de atún y de tiburón. 

Más recientemente en el 2019, el biólogo Randall Arauz criticó las políticas sobre la pesca de tiburón y señaló que no existe ninguna ley que prohíba esta práctica. Encima, cuestionó la decisión del expresidente Luis Guillermo Solís de excluir a los tiburones de la ley de conservación de vida silvestre. Ante estas declaraciones, Mauricio González, director del Sector Pesquero Nacional, comentó que los pescadores no son depredadores del tiburón y reconoció que algunas de las especies están bajo medidas de comercialización estrictas y son necesarias ciertas medidas para conservar a estos animales. 

Datos sobre el tiburón 

Tiburón martillo

Existen más de 28 especies de tiburón en el territorio marítimo de Costa Rica, algunas de interés comercial y otras no. De estas especies, no todas se consideran en peligro de extinción: de hecho, solo una especie de intención comercial tiene prohibición de captura y retención. 

Además, los tiburones son una fuente importante de proteína y nutrientes para muchas comunidades y no existen restricciones médicas para su consumo. Son animales de los cuales se aprovecha 100% su carne y otros productos.