En Costa Rica, la situación alimentaria se ve afectada por dos problemas aparentemente contradictorios: altos precios en los alimentos y altos índices de obesidad.

Inflación y altos precios de los alimentos

 A pesar de que la inflación en el precio de los alimentos y las bebidas no alcohólicas a inicios del 2023 alcanzó una de las tasas más altas entre los países de la OCDE, persiste la malnutrición y la inseguridad alimentaria.

La leche líquida, por ejemplo, aumentó un 18,76% entre estos seis meses, el bistec de res 20,48%, el filete de pescado 23,13%, la harina de trigo 38,96% y las tortillas 19,69%, de acuerdo con datos de la variación interanual del índice de Precios al Consumidor provistos a UNIVERSIDAD por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). El rubro general de alimentos y bebidas no alcohólicas aumentó un 15,95%.

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Lo mismo se puede decir del huevo y el pollo. La Cámara Nacional de Avicultores (Canavi) también informó que el sector se ve afectado por incrementos en los costos de materias primas como el maíz y la soya. Esto, debido a los continuos aumentos en la gasolina y el diésel, y que estos costos ya se reflejan en los aumentos de los precios para el consumidor final.

Este aumento de los precios ha sido un problema preocupante. El país experimentó una inflación del 18,5%, lo que afecta directamente a la capacidad de la población de obtener alimentos nutritivos y suficientes.

La Dra. Karol Madriz Morales, integrante de la Comisión Intersectorial de Guías Alimentarias del Ministerio de Salud, señala que:

Si le decimos a las personas compren frutas y vegetales, pero la estructura de precios en nuestro país no lo permite porque somos uno de los que tienen los más altos costos de los alimentos —que son el pilar del sistema alimentario— es claro que se va a afectar la seguridad alimentaria nutricional a nivel nacional, especialmente a las poblaciones más vulnerables

Además, el acceso geográfico también cumple una función importante. Las comunidades rurales y alejadas de los centros urbanos a menudo enfrentan mayores dificultades para acceder a alimentos frescos y nutritivos debido a la falta de infraestructura de transporte y la limitada presencia de establecimientos de venta de alimentos. Por esto, la alimentación inadecuada afecta a muchos niños, niñas y adolescentes generando dos situaciones extremas: obesidad y sobrepeso o desnutrición en niños y niñas de comunidades indígenas y altamente vulnerables.

¿Cómo es posible que un país con costos elevados en los alimentos también tenga los mayores índices de obesidad?

La aparente paradoja de que un país con altos costos alimentarios tiene altas tasas de obesidad puede explicarse a través de varios factores relacionados entre sí. 

La alta incidencia de obesidad en Costa Rica es un fenómeno de gran complejidad. Si bien los alimentos procesados y ultraprocesados, que a menudo son más baratos, están ampliamente disponibles, esto no significa que sean una elección saludable. La falta de educación nutricional y la influencia de la publicidad de alimentos poco saludables también juegan un papel importante en las decisiones de alimentos y la obesidad.

Según la Dra. María Rodríguez, experta en nutrición, menciona que: 

Los altos precios de los alimentos limitan el acceso de la población a opciones nutritivas y equilibradas. Esto puede llevar a la malnutrición, tanto en forma de deficiencias nutricionales como de exceso de consumo de alimentos de baja calidad.

La Dra. Rodríguez también señala que los alimentos más asequibles a menudo son ricos en grasas, azúcares y sal, lo que contribuye a la obesidad y otras enfermedades asociadas.

La relación entre los altos costos de los alimentos y los altos índices de obesidad se explica por la disponibilidad y accesibilidad de alimentos poco saludables, la influencia de la publicidad y el marketing, los factores socioeconómicos y educativos, los cambios en los patrones de consumo y los factores culturales y sociales. 

Abordar este problema requiere un enfoque integral que aborde tanto los aspectos económicos como los nutricionales, además de promover políticas que fomenten una alimentación saludable y accesible para todos los costarricenses.

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