Pierre Sorlin describe las películas como “representaciones, como documentos que median los hechos, que se interponen entre un advenimiento y las personas que quieren enterarse de lo que ocurrió”. En fin, las películas son un medio que nos bridan información sobre cualquier cosa. Es por esto que el cine y la Historia a veces están ligados y podemos conocer ciertas informaciones de épocas pasadas, comportamientos sociales, etc. 

El cine puede ser una fuente de información histórica como lo son los escritos, los documentos, las fotografías. Sin embargo, ¿qué distingue el cine de estas otras representaciones? Según Sorlin, la intervención del tiempo diferencia el séptimo arte de lo estático. Lo explica diciendo que: 

no hay medio de parar una película para observarla – o, si se detiene, ya no es una película, sino una fotografía

En efecto, el cine simula el movimiento, es tiempo y la escritura, a diferencia de este, es más lenta y no permite al lector ni a su imaginación adentrarse en el tiempo de lo que pretende leer. 

Para tomar una película como referencia histórica, hay dos recursos diferentes. En palabras de Sorlin, el primero consiste en enfocarse en la parte lingüística, es decir, los diálogos, los subtítulos o los comentarios. Sin embargo, esto significaría estatizar la película y sustraerla del tiempo, tan característico de ella. El segundo recurso es tomar la película como un todo, un testimonio de una época, de un espíritu y una atmósfera en la que fue hecha. 

De hecho, tanto las películas como cualquier otra fuente histórica deben tomarse como una interpretación de su autor. El autor tiene su propia personalidad, su propio punto de vista, su propio conocimiento de algún tema y su propia audiencia a la cual quiere dirigirse. Debemos pensar, entonces, en las representaciones como documentos subjetivos. 

El cine se convierte en una fuente de reflexión para los historiadores, que deben utilizar las películas no como una representación fidedigna y limpia de cierta época, sino como una percepción de los acontecimientos por parte de su realizador y su mensaje. Sorlin explica que: 

El cine no es solo reflejo de su época, pertenece a ella y creando figuras, fenómenos, modos de ser, ejerce acción en ella.

El cine costarricense

Fuente: Alvaro Blas

En la revista costarricense Escena, en un artículo de Gabriel González, se dice que:

el cine, el vídeo, la televisión son vehículos indispensables para exponer los problemas que nos aquejan, los valores que apreciamos, las metas que nos proponemos.

Esto expone expresamente lo mencionado por Sorlin: el cine y la producción audiovisual es un reflejo de la atmósfera de la época y de la personalidad del autor. 

En el caso de Costa Rica, el Centro de Cine se encarga de conservar toda producción nacional de cine y audiovisuales. 

Durante la época de los setenta, se comenzaron a realizar documentales en 16mm de 25 minutos que retrataban los problemas de la época: la realidad socioeconómica, la deforestación, la contaminación ambiental, el alcoholismo, el latifundismo, la prostitución, la desnutrición infantil, etc. Así fue como se formó la primera generación de cineastas. En estas producciones, la población tica se pudo ver a sí misma representada en pantalla. 

Lamentablemente, en las décadas siguientes, el contenido en pantalla se fue llenando de producciones norteamericanas; y aunque de vez en cuando se difunde el cine costarricense, en comparación con las películas extranjeras, este sigue siendo escaso. 

Centro Costarricense de Producción Cinematográfica 

Fuente: Centro de Cine

El Centro fue creado en 1973 con el nombre de Departamento de Cine del Ministerio de Cultura. Hasta después, en 1977, se promulgó la ley 6158, que le dio su nombre actual. Agrupó a varias personas de diferentes procedencias que luego se convertirían en cineastas. 

Tiempo después, la crisis económica de los ochenta afectó gravemente al Centro de Cine, que debió suspender la producción de películas. Fue por esta razón que se enfocó entonces a la conservación del material cinematográfico nacional. Se creó el Archivo de Imagen Francisco Montero, el cual resguarda más de 10 mil metros de película de valor histórico. En la década de los noventa, el Centro de Cine se orientó también hacia la promoción y difusión de las artes audiovisuales. Con ese fin, creó la Muestra de Cine y Video, que se viene realizando anualmente desde 1992.

Actualmente, el programa Preámbulo ofrece el espacio para la proyección de películas de todo tipo y de cualquier país. Su entrada es completamente gratuita y se puede disfrutar de jueves a sábados a partir de las 7 pm. 

El Centro de Cine es una institución muy valiosa pues se ha encargado de conservar y documentar todo con respecto a las producciones audiovisuales costarricenses. Gracias a este se pueden estudiar diferentes momentos y acontecimientos ocurridos en el país, conocer el espíritu de la época y analizar la evolución que ha tenido el país durante muchos años en cuestión de cine.