Nuestro amigo periodista, Benoît Feyt, del canal RTBF de Bélgica nos compartió este reportaje que hizo sobre Costa Rica, en el marco de la COP26. Les dejamos aquí el artículo traducido al español:

https://www.rtbf.be/info/dossier/le-scan/detail_cop26-pacifique-et-ecoresponsable-le-costa-rica-serait-il-le-modele-a-suivre-pour-sauver-la-planete?id=10870817

Costa Rica es un pequeño país de cinco millones de habitantes enclavado en el corazón de Centroamérica, bordeado por el océano Pacífico y el mar Caribe, cubierto de volcanes y vegetación tropical. Un pequeño paraíso verde que atrae cada año a tres millones de ecoturistas, conquistados por la famosa «pura vida» que allí reina y de la que los costarricenses están tan orgullosos.

Está claro que el país tiene una larga tradición de pacifismo y responsabilidad medioambiental. Abolió el ejército en 1948 y su maravillosa biodiversidad está protegida desde hace tiempo en parques nacionales que cubren casi una cuarta parte de su territorio. Consciente de su riqueza natural, el país invirtió en el desarrollo sostenible hace varias décadas. Como resultado, el 99% de la electricidad del país se genera ahora con fuentes de energía renovables (hidroeléctrica, eólica, solar, biomasa, geotérmica). En 2017, el país alcanzó un récord mundial al funcionar durante 300 días con electricidad verde. Y las autoridades no tienen intención de detenerse ahí.

Objetivo de carbono cero

En 2019, el presidente Carlos Alvarado puso en marcha un ambicioso programa que pretende convertir a Costa Rica en el primer país del mundo en conseguir cero emisiones de carbono para 2050. «Nuestro plan nacional de descarbonización es una hoja de ruta que debería permitirnos reducir drásticamente nuestras emisiones de CO2 en ámbitos como la industria, el transporte, la construcción y la agricultura», explica Claudia Dobles, esposa del Presidente y Primera Dama. Pero las acciones previstas van mucho más allá de la agenda medioambiental, lo vemos como un plan de desarrollo económico y social que integra la equidad, la igualdad de género y la lucha contra la pobreza. Es un plan extremadamente ambicioso».

Este plan nacional de descarbonización ha sido cuidadosamente analizado por la ONG Climate Action Tracker, que clasifica a los países según su influencia positiva o negativa en el calentamiento global. Y los resultados de Costa Rica parecen más que convincentes. «Este país ha estado a la vanguardia de la lucha contra el cambio climático durante casi 10 años, recuerda María José de Villafranca», analista de política climática de Climate Action Tracker.

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«Si todos los países fueran tan ambiciosos, sin duda estaríamos mucho más adelantados en la lucha contra el calentamiento global. Sus planes nacionales de descarbonización no son meras declaraciones de intenciones, sino una estrategia real que incluye nuevas normativas e incentivos fiscales. Están abordando los sectores que más carbono emiten, los que más contaminan.

Los vehículos, el punto débil

Para alcanzar el objetivo de cero emisiones de carbono, Costa Rica tendrá que reducir las emisiones de su amplio parque automovilístico, que sigue funcionando principalmente con combustibles fósiles. Recientemente se han puesto en marcha varias iniciativas para ofrecer alternativas. En la ciudad, donde los atascos son frecuentes, algunos municipios han decidido tejer una nueva red de carriles bici.

Este es el caso de Montes De Oca, uno de los municipios de la capital San José. Primero tenemos un problema de mentalidad», explica Ana Lucía González, teniente de alcalde del municipio de Montes de Oca. En Costa Rica, la compra de un coche suele ser la segunda prioridad de la gente, después de la compra de una casa. Creen que es la única forma de desplazarse. Pero tenemos una cultura ciclista en este país, donde a la gente le gusta ir en bicicleta el fin de semana. Pero todavía son muy pocos los costarricenses que utilizan la movilidad blanda para ir al trabajo. Por eso hemos creado esta red de carriles bici en varios municipios de San José. Esperamos que esto anime a más gente a abandonar el coche.

El uso del automóbil es un problema importante en Costa Rica, donde los embotellamientos saturan casi permanentemente las carreteras que conectan las principales ciudades del Valle Central. Pero desgraciadamente hay pocas alternativas en este momento. No hay líneas de tren para los viajeros. Sólo una flota de autobuses bastante antigua permite acceder a los pueblos más remotos. Pero es mejor no tener prisa…

La reducción de las emisiones relacionadas con el transporte es una de las prioridades de nuestro plan nacional de descarbonización», explica Claudia Dobles, Primera Dama del país. Nuestro objetivo a corto y medio plazo es electrificar al máximo nuestro parque automovilístico y crear un sistema de transporte público y privado multimodal que también pueda funcionar con electricidad. Como casi el 100% de nuestra electricidad procede de fuentes de energía renovables, esto reducirá considerablemente nuestra huella de carbono. Luego, a más largo plazo, planeamos integrar el hidrógeno verde como alternativa a la electricidad».

Hidrógeno verde: ¿el combustible del futuro?

Costa Rica alberga uno de los proyectos de producción de hidrógeno verde más ambiciosos de Centroamérica y Latinoamérica. El proyecto está dirigido por Ad Astra Rocket, una empresa fundada por Franklin Chang-Diaz, físico costarricense y primer astronauta latinoamericano de la NASA. Hace ocho años, la empresa se instaló cerca de la localidad de Liberia, en la provincia de Guanacaste, que produce por sí sola el 40% de la energía renovable de Costa Rica. Su objetivo: producir el 100% de hidrógeno verde en un solo sitio.

El problema de la gran mayoría del hidrógeno que se produce hoy en día en el mundo es que procede de combustibles fósiles como el gas, el carbón o el petróleo», explica Juan Del Valle, Director de Operaciones de Ad Astra Rocket. Pero aquí estamos produciendo hidrógeno a partir del viento, el sol y el agua. Para lograr esta hazaña, la empresa ha instalado pequeños aerogeneradores y paneles solares en sus instalaciones. La electricidad generada se utiliza para crear un efecto de electrólisis en el agua (la electricidad fluye a través del agua para crear una reacción química que separa el hidrógeno y el oxígeno). El hidrógeno se almacena en una estación de recarga que se parece mucho a un surtidor de gasolina. Esto permite recargar una flota de cuatro coches en pocos minutos, funcionando con un 100% de hidrógeno. Los únicos vehículos de este tipo en Centroamérica y Latinoamérica por el momento.

Estos vehículos no emiten carbono», continúa Juan Del Valle. Lo único que emiten es agua químicamente pura. Tiene un sabor un poco desagradable a plástico, pero es completamente bebible (pero no contiene minerales, y por lo tanto tiene poco valor nutricional, nota del editor). Así que es un método 100% ecológico de la A a la Z. Para nosotros, el hidrógeno verde es una de las soluciones más evidentes para reducir la huella de carbono de coches, autobuses, camiones, barcos e incluso aviones. También podría aliviar las emisiones de industrias muy contaminantes como la del acero, el cemento o la producción de amoníaco. El reto ahora es desarrollar la tecnología a mayor escala para hacerla más asequible. «De lo contrario, el público no seguirá», advierte Juan Del Valle. Pero el reto merece la pena, y Costa Rica, la tierra de la pura vida, pretende predicar con el ejemplo.