Cuando se oye la palabra «Costa Rica», se piensa inmediatamente en «playa», «naturaleza», «café», ¿no es así? Sin embargo, este pequeño país también tiene algunos secretos bien escondidos que merecen ser conocidos. Uno de ellos es el cine. Un sector en crecimiento que está convirtiendo al país en un pequeño paraíso donde se hacen cada vez más películas.

Un poco de historia

Fue en la década de 2000 cuando se produjo el boom del cine costarricense.  Con la llegada de la inversión privada, el país vio nacer una buena generación de cineastas como Esteban Ramírez («Gestación», «Presos»), Hernán Jiménez («El Regreso»), Paz Fabrega («Agua Fría de Mar»), Laura Astorga («Princesas Rojas»), Neto Villalobos («Por las plumas») o Miguel Gómez («Cielo Rojo»).

Antes de esta fecha, pocas películas destacaban. Se produjeron de forma independiente, principalmente a través de esfuerzos individuales con poco apoyo estatal. Podemos mencionar «Eulalia» de Oscar Castillo, «La Segua» de Antonio Yglesias.

En los años 90, con la llegada del vídeo, se realizaron muchos cortometrajes que permitieron a los jóvenes videoartistas abrir las puertas del cine: «Doce rosas» de Esteban Ramírez, «La pasión de nuestra señora» de Hilda Hidalgo, «Florencia de los ríos hondos y tiburones grandes» de Yshtar Yasin.

«Hay que destacar que Costa Rica es uno de los países de la zona (si no el único) en el que hay más de 20 instituciones y escuelas que imparten profesiones audiovisuales, lo cual es enorme para un país de sólo 5.000.000 de habitantes.»

El mayor éxito popular fue «Maikol Yordan de viaje perdido»[1], dirigido por Miguel Gómez, con los cómicos de éxito del grupo «La media docena» (el equivalente a los «Inconnus» en Francia). Esta comedia, que narra las aventuras de un campesino en las grandes ciudades europeas, fue vista por 750.000 personas en Costa Rica, es decir, casi el 15% de la población del país, que es de 5.000.000 de habitantes. Un detalle interesante: la película costó sólo 200.000 dólares y ganó más de 2.000.000 de dólares para sus productores.

Actualmente, hacer una película en Costa Rica cuesta unos 500.000 dólares o menos. Esto es una gran ventaja para las empresas de producción de los países desarrollados, donde los costes son mucho más elevados.



El reconocimiento internacional llega gracias a las mujeres

«Ceniza Negra«, dirigida por Sofía Quirós, fue el primer largometraje costarricense de la historia en ser seleccionado en la sección de la Semana de la Crítica del Festival de Cannes 2019. El año anterior, Valentina Maurel, ganó el primer premio de la Cinefondation en Cannes también con su cortometraje «Paul is here
«. Fue seleccionada de nuevo en 2019 en la sección Semana de la Crítica con su cortometraje «Lucía en el Limbo».
En cuanto a Antonella Sudasassi, fue seleccionada para el Goya con «El despertar de la hormigas». Y más recientemente, «Clara Sola» de Nathalie Alvarez tuvo gran éxito en festivales y fue nombrada Mejor Película en Suecia.

Mujeres con algo que decir

Curiosamente, la mayoría de los cineastas que tienen algo que decir son mujeres[2]. Y son ellos los que hacen películas con mensaje. Alexandra Latishev habla del aborto en «Medea», Laura Astorga de la inmigración en «Princesas Rojas» y de los crímenes ecológicos en «Infierno Verde». Patricia Velásquez habla de la identidad en «Apego». Parece que el cine es la disciplina artística que más espacio les ha dado para hablar (…).

Nuevos retos

Aunque hayamos pasado de 2 películas producidas por año en los años 90 a 20 películas por año en 2018, el cine costarricense sigue luchando por convertirse en una verdadera industria. La falta de inversión del Estado, el desconocimiento de las ventajas económicas del sector, la desconfianza de las empresas, la falta de infraestructuras y de un esqueleto legal, la falta de organización de los actores del sector, son obstáculos a los que deben enfrentarse los cineastas y los jóvenes creadores. [3]
Por su parte, la Ley del Cine[4], que lleva años sobre la mesa de los diputados sin ser votada, es objeto de largos debates cada año y actualmente está abandonada. Su esperada aprobación proporcionaría al sector el trampolín que tanto necesita, pero esto parece estar en peligro.

Sin embargo, hay un rayo de esperanza en el horizonte: se acaba de proponer a la Asamblea una nueva ley de Atracción de Inversiones Cinematográficas que permitirá a las producciones internacionales no pagar el IVA[5]. Esta medida, aunque todavía no sea suficiente, atraerá más «servicios» (producciones extranjeras) al país, que compite con otros países que ofrecen muchas más ventajas financieras que Costa Rica (la República Dominicana y Colombia ofrecen una «rebaja fiscal» muy interesante).

En el mismo sentido, la creación de la Comisión [6]Cinematográfica de Costa Rica marca la voluntad de hacer de las películas costarricenses verdaderos productos de exportación. Esta entidad perteneciente a Procomer (Promotora de Comercio Exterior) se encarga de promocionar internacionalmente las producciones costarricenses y, desde su creación hace tres años, ha contribuido a situar a Costa Rica en el mapa cinematográfico mundial.

Cabe destacar que Costa Rica es uno de los países de la región (si no el único) en el que existen más de 20 instituciones y escuelas que imparten profesiones audiovisuales, lo cual es enorme para un país con sólo 5.000.000 de habitantes.

«Ceniza Negra, dirigida por Sofía Quirós fue el primer largometraje costarricense de la historia en ser seleccionado en la sección de la Semana de la Crítica del Festival de Cannes 2019.»


En definitiva, el país está lejos de ser el Hollywood de Centroamérica, pero es un país en pleno crecimiento en el que cada vez se hacen más películas locales e internacionales, gracias a las muchas ventajas que ofrece el país: estabilidad política, naturaleza exuberante, escenarios naturales y urbanos, un alto nivel de servicios de hostelería, profesionales de alta calidad y rodajes con etiqueta ecológica. Todo ello, unido al reciente éxito internacional de las producciones locales, convierte a Costa Rica en el próximo pequeño país para rodar películas.

PARA RECORDAR

  • Costa Rica es un país en pleno desarrollo en materia de producción audiovisual: más de 20 instituciones imparten las profesiones cinematográficas y el número de películas producidas al año es actualmente de 15 a 20 proyectos para un país de sólo 5.000.000 de habitantes.
  • Las mujeres cineastas han situado al país en las grandes ligas del cine internacional: Sofía Quirós con «Ceniza Negra», Antonella Sudasassi con «El despertar de las hormigas» y Valentina Maurel con «Paul est là» y «Lucía en el Limbo».
  • La Ley de Atracción de Proyectos Cinematográficos está sobre la mesa de la Asamblea y permitirá a las productoras extranjeras evitar el pago del impuesto sobre las ventas (IVA).

Autora: Marian Li
Actriz y productora
www.marianli.com @marian_li_actress


[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Maikol_Yordan_de_viaje_perdido

[2] https://www.larepublica.net/noticia/mujeres-que-hacen-historia-en-el-cine-nacional

[3] https://www.primeraplana.or.cr/es/Curadur%C3%ADa/Presupuestos_elevados_dificultan_la_produccion_de_cine_en_Costa_Rica/

[4] https://www.centrodecine.go.cr/2019/11/07/articulo/proyecto-ley-cinematografia-audiovisual-n20661

[5] https://delefoco.com/diputados-presentan-proyecto-de-atraccion-de-inversiones-filmicas-en-costa-rica/

[6] https://costaricafilmcommission.org/