Cada 2 de abril se celebra el día internacional del libro infantil. Conversamos con la escritora Alexandra Alpízar Escobar sobre la importancia de la lectura en edades tempranas. 


Recuerdo cada vez que acompañé a mi papá a la librería Lehmann siendo niña. Ver todos esos libros con portadas tan llamativas, con títulos graciosos, hasta con texturas diferentes hacía que quisiera leerlos todos.

Me acuerdo de cuando mi papá llegaba con un nuevo libro para mí. Me lo leía en un día y lo releía mil veces más.

También recuerdo de cuando nos llevaban a la biblioteca en la escuela y podíamos escoger cualquier libro y rentarlo por dos semanas.

Todas esas memorias de mi infancia me son muy preciadas. Me hacen pensar en lo importante que es la lectura, los libros, las historias para todos los niños y todas las niñas.

El Día Internacional del Libro Infantil

Este día nace como una iniciativa de la International Board on Books for Young People (IBBY). ¿Por qué el 2 de abril? Se debe al nacimiento de Hans Christian Andersen, uno de los escritores más influyentes de la literatura infantil. ¿Quién no conoce El patito feo, Pulgarcita, La sirenita o El soldado de plomo?

El objetivo de esta fecha es despertar el interés por los libros y la lectura para la infancia y la juventud porque la literatura ayuda a potenciar la imaginación, la empatía, el lenguaje y la creatividad. Es importante no saltarse esa etapa. Nunca. 

La literatura infantil en Costa Rica

Para tocar el tema de la literatura infantil en Costa Rica, hablamos con Alexandra Alpízar Escobar, sobre la importancia y los desafíos que enfrentan tanto los escritores como las infancias en el país.

¿Qué significa para ti, como escritora de historias infantiles costarricense, la celebración del Día Internacional del Libro Infantil?

Para mí es significativo que algo tan esencial como un libro infantil posea su propio día para celebrar. El trabajo que han hecho numerosos escritores para niños y adolescentes debe ser tan reconocido como los que sólo se dedican a la escritura para adultos. Y me alegra el hecho de que exista esta fecha.

¿Cómo crees que la literatura infantil puede influir positivamente en la vida de los niños costarricenses?

El hábito de la lectura es un entretenimiento saludable que estimula de forma positiva al cerebro y la forma de pensar del niño. Además de que también promueve la imaginación y el pensamiento crítico. Las letras y las artes deberían estar en el mismo estatus que la ciencia; no son temas peleados como el agua y el aceite, los humanos necesitamos estas cosas en nuestro día a día.

Darle un libro acorde a la edad a los niños y adolescentes es un grandísimo favor a su recreación. Tendrán más valor para buscar e investigar lo que sea que intenten aprender y desarrollar. Si ya el chico no le gustó esta actividad, pues perfecto, pero una relación con la lectura habrá quedado, tal vez no le guste la literatura, sino los artículos científicos. Sólo ventajas.

Por todo esto es que estoy al cien por ciento de acuerdo en que se promueva la lectura a este grupo de la población.

¿Cuál es tu libro infantil favorito y por qué crees que sigue siendo relevante para los niños de hoy?

En lo personal, no tengo un libro infantil favorito como tal. Me gustan muchísimo las colecciones de cuentos, eso sí.

Crecí con los compilados de cuentos europeos recolectados por Jacob y Wilhelm Grimm, los cuales se mantienen relevantes hasta la fecha. Doy gracias a Dios de que mi papá, cada vez que pudiera, nos leyera a mis hermanas y a mí estos cuentos antes de dormir. Es algo que recomiendo que hagan en los hogares con niños, pues el recuerdo cálido resulta provechoso para la relación familiar y la percepción de la lectura.

Ya hablando específicamente de estos libros, pienso que su popularidad no sólo es por la nostalgia y el montón de películas hechas, es que tales cuentos son preciosos y tienen enseñanzas particulares que permean desde la infancia hasta la adultez. Además, la magia y las cosas asombrosas son elementos que a todos nos gustan en mayor o menor medida. No he conocido a niño alguno que no le guste la idea de escuchar un cuento donde sucede algo fantástico. Como dije en la pregunta anterior, la imaginación se nutre muy bien de los libros.

¿Qué mensaje o valores intentas transmitir a través de tus historias infantiles?

Cuando narro el cuento de otro autor intento que sea uno que fomente la importancia del amor, la familia y de no rendirse ante las dificultades. El cuento de “Los siete cuervos” es de mis favoritos por este motivo, tiene un encanto que a mí me llena de ternura.

En los casos que son de mi invención, pretendo dejar algún mensaje que haya visto pocas veces, como el amor y la tolerancia que puede haber al tener una pareja o familiar con discapacidad. También me gusta explorar el hecho de que, aunque un personaje tenga discapacidad, no implica que no pueda ser el protagonista aventurero de un mundo de fantasía y compartir en un grupo como iguales.

La amistad y el amor familiar forjado sin lazos de sangre también son temas que me fascina incluir en lo que escribo y que deseo que más gente lo aborde. Los niños deben saber que a pesar de que en su familia los lastimen, no significa que deben amargarse y dejar de ser bondadosos, deben tener una idea de que sí es posible que afuera podrán hallar gente buena que los ame y los apoye de forma incondicional.

¿Cómo describirías el papel de los ilustradores en la creación de libros infantiles y cuál ha sido tu experiencia trabajando con ellos?

Desde mi punto de vista, los ilustradores cumplen un papel fundamental para llamar la atención de los niños y también de guiarlos en la lectura. Los niños más chiquitos necesitan el apoyo de un dibujo para comprender mejor lo que sucede en la narración; también les pasa a los niños que por algún motivo se distraen y necesitan soporte extra para concentrarse.

Respecto a mi experiencia: Ha sido un reto. Yo no sólo estoy acostumbrada a escribir contenido con temas delicados, sino que también he pasado por diversos estilos de dibujo que tampoco creo que sean muy llamativos para un niño. He aprendido un montón en esta ciencia desde que empecé a hacer estas ilustraciones, y me ha gustado mucho. Le he pedido mucho a Dios que me ayuda en este ámbito, para mí hacer algo para los niños es tema serio y debe haber tanto preparación propia como respeto hacia ellos.

¿Qué desafíos enfrentas como escritora de libros infantiles en Costa Rica y cómo los superas?

Ciertamente hay poco apoyo si una no es famosa ya, o si no hay dinero para pagar la edición y las copias, o sea, la editorial tradicional no es que sea demasiado accesible. Es difícil encontrar editoriales y concursos enfocados en literatura infantil. Además de que, igual que en el cine, la mediocridad se justifica con “es que es para niños y por eso no se le debe pedir tanto”. ¡Claro que se le debe pedir “tanto”! Los niños no son tontos, y merecen calidad y esfuerzo.

Creo que a Costa Rica le falta muchísimo en temas de literatura a nivel general. Innovar en temas y formas de escribir es algo que a muchos altos cargos les cuesta aceptar. Lo digo porque colegas han tenido que autopublicar luego de muchos rechazos, o tuvieron que pagar para sacar las copias y así distribuir sus obras. A mí me han rechazado escritos no porque escriba mal, sino porque tal vez deba ser una saga como las que están de moda en vez de un libro largo, o porque el tema es inadecuado; ya me dirá alguien si hablar de la salud mental de un protagonista es inadecuado en una revista de salud mental, aunque tuviera zombis incluidos.

Está bien, lo de los zombis no era para niños, pero el tema es el mismo. Hay muchas trabas. Yo no quiero escribir “Los cuentos de mi tía Panchita” 2.0, pero he notado que algunos distribuidores quieren eso de los escritores, sin decirlo abiertamente, claro. Se habla mucho de que los niños deben leer más, pero poco se motiva a escribir para niños. Veo más este tipo de solicitudes a nivel de entretenimiento en vivo como los espectáculos de teatro y narración oral / cuentacuentos, no tanto de lectura en sí misma. Por cierto, en este ámbito recomiendo el “Festival Puro Cuento”, es un proyectazo para la cultura y el arte de los cuentos infantiles y familiares.

Intento no desmotivarme, así que me mantengo positiva en que mi granito de arena podrá servir para algo. Toca desarrollar paciencia y buscar las formas en seguir avanzando. Los niños merecen el esfuerzo.

¿Cuál es tu opinión sobre el acceso a la lectura infantil en Costa Rica y qué acciones crees que podrían tomarse para fomentarlo aún más?

Fotografía por Tim Walker

Opino que es más escasa que para otros grupos de edad. Por lo menos, es lo que he notado. No se promocionan igual. Yo no he visto carteles preciosos y súper llamativos anunciando que venden colecciones de cuentos clásicos o algún libro nuevo para niños. Esto suele ser escueto, no distinto a los precios, que también he notado que no siempre se encuentran tantas promociones para libros infantiles o los catálogos son algo reducidos. Es como un nicho más específico, en el que hay que buscar un poco más y en el que hay que considerar las propuestas de otros países.

No hay mesas de recomendaciones de libros infantiles, no hay ferias especializadas a las que le hagan suficiente bulla. Apenas en las ferias de libros pueden incluirse las personas entendidas de esta área. Y ojo, todo esto lo hablo desde mi experiencia, ojalá alguien me venga a decir que, en realidad, estoy equivocada al respecto.

Pasa algo similar con la literatura para adolescente/ jóvenes, basta con que tengan una portada de dibujito para clasificar contenido sexual para adultos como si fuera apto a esas edades. He visto que se les vende esta clase de libros a chiquillos de doce o catorce años, los padres ni enterados y las librerías sin darle mínima importancia. En el fondo, no se tiene tanto cuidado para darles contenido de calidad (o el que sí es de calidad se nubla por lo que está de moda entre los adultos).

Otro obstáculo del que me he percatado es que en las escuelas y colegios no siempre atinan con los libros escogidos o, incluso, el método. Si usted ve que los chicos están fascinados con películas de mitología y acción, ¿por qué no ponerles a leer comedias clásicas (“Edipo Rey” es hermoso, pero no es para cualquiera) o algún libro moderno y luego explicarles a fondo el contexto? La verdad no me explico el temor a innovar con los planes de estudio.

Me llevé una boleta y una regañada fuerte cuando era niña porque olvidé llevar el libro que había que leer. La maestra no me prestó un libro o le pidió a alguien que compartiera conmigo, simplemente era un deber más en el que había fallado, no una actividad bonita que debería disfrutar. En otras situaciones, tuve otras maestras que motivaron obras de teatro en clase y hacer carteles con dibujos. Hay de todo un poco, me alegro de existan estas últimas.

No puedo hacer nada en contra de los maestros que arruinan el hábito de la lectura a sus estudiantes, claro. Lo que sí puedo hacer es que a los niños con los que haga voluntariado les puedo contar un cuento con ilusión y les puedo recomendar leer cosas bonitas, decirles a los padres qué pueden darles a sus hijos para que se entretengan sanamente. Puedo apoyar a los que hablan sobre este tema y venir a comentar al respecto a este tipo de espacios, a alguien le debe llegar el mensaje.

Fomentar la lectura y darles soporte a los proyectos con tales fines son cosas simples que se pueden hacer. En lo personal, amo la campaña “Compartí tus libros leídos” y otras similares que se han hecho (ahora no recuerdo el nombre, lo siento), pues motivan a interesarse para que los niños de bajos recursos puedan tener libros a su alcance. Pienso que, si todos hacen algo al respecto, aunque sea pequeño, se puede avanzar en grande.

Mónica Gallardo en colaboración con Alexandra Alpízar Escobar, escritora costarricense y filóloga clásica con gran fascinación por las letras y las artes que busca compartir sus historias para hacer reír, llorar e imaginar. Contacto:

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