Tradición de la mascarada tradicional costarricense: celebración llena de color, música y cultura que perdura desde la colonia hasta hoy.


Orígenes de la mascarada

La mascarada tradicional costarricense es una expresión cultural profundamente arraigada en Costa Rica, con raíces que se remontan a la época colonial. Este fenómeno cultural es el resultado de una mezcla de tradiciones festivas coloniales y amerindias. Con una relación cercana a la festividad española de los gigantes y cabezudos, incorpora influencias de las comunidades indígenas autóctonas, lo que le confiere un carácter pluricultural y sincrético.

Antes de la llegada de los españoles en el siglo XVI, los pueblos indígenas de Costa Rica ya utilizaban máscaras en sus rituales. Un ejemplo destacado es el juego de los diablitos de Boruca, celebrado desde tiempos precolombinos. Este juego involucra la elaboración de máscaras de madera de balsa, utilizadas en una celebración que ocurre entre el 31 de diciembre y el 2 de enero cada año.

Máscaras prehispánicas

Las máscaras prehispánicas se confeccionaban con diversos materiales como arcilla, piedra volcánica, madera y jade, y se coloreaban con pigmentos naturales. Estas máscaras se utilizaban en danzas rituales, otorgando a sus portadores un lugar privilegiado en la sociedad indígena, ya que se creía que eran poseídos por la deidad que representaban.

Evolución en la Época Colonial

Durante la época colonial, la tradición de la mascarada comenzó a tomar forma en la ciudad de Cartago. Los «parlampanes», vecinos disfrazados con trajes ridículos y máscaras de animales, precedían a las corridas de toros en festividades populares. Estas máscaras eran de papel maché, reflejando un sincretismo religioso con influencias españolas, indígenas y africanas.

Primeras Mascaradas

En 1877, Rafael «Lito» Valerín organizó la primera mascarada en Cartago para las fiestas de la Virgen de los Ángeles. Valerín, inspirado por unas viejas máscaras de cabezudos de origen español que encontró, creó la primera «Giganta». A partir de ahí, la tradición se expandió y se diversificó con nuevas figuras y técnicas artesanales.

Personajes y celebraciones

Tradición de la mascarada tradicional costarricense: celebración llena de color, música y cultura que perdura desde la colonia hasta hoy.

Los personajes de las mascaradas, conocidos localmente como «mantudos» o «payasos», se pasean por las calles de los pueblos durante festividades populares y religiosas. Estos personajes bailan al ritmo de la música de cimarrona y suelen perseguir a los asistentes, acompañados de fuegos artificiales. Los mantudos representan figuras tradicionales, legendarias y modernas, con características que van desde lo cómico hasta lo grotesco.

Festividades y reconocimientos

El 31 de octubre se celebra el Día Nacional de la Mascarada Tradicional Costarricense, instituido en 1997 mediante el Decreto Ejecutivo n.º 25724. Además, en abril de 2022, la mascarada fue declarada el decimoséptimo símbolo nacional de Costa Rica por la Asamblea Legislativa, destacando su importancia cultural.

Artesanía y Elaboración de Máscaras

La elaboración de una mascarada es un proceso artesanal que puede utilizar barro, madera, papel, yeso y fibra de vidrio. Los artesanos indígenas, como los boruca y maléku, tallan máscaras de madera de balsa, mientras que los mantudos tradicionales se moldean a partir de barro y se recubren con múltiples capas de papel. Estas máscaras se pintan y decoran, dando vida a una amplia variedad de personajes.

Música y Celebración

Las mascaradas son acompañadas por cimarronas, pequeñas bandas de músicos que tocan fanfarrias y música folclórica. Las festividades del Día Nacional de la Mascarada incluyen pasacalles, exhibiciones de máscaras, actividades culturales y educativas, juegos pirotécnicos y homenajes a los artesanos destacados.

La mascarada tradicional costarricense, con su rica herencia cultural y vibrante expresión artística, sigue siendo una parte vital de la identidad y el folclore costarricense, celebrada con entusiasmo y orgullo en todo el país.

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