La pesca deportiva de pez vela y especies acompañantes representa una de las principales fuentes de ingreso para Costa Rica, especialmente para las comunidades costeras del Pacífico y el Caribe. Sin embargo, pese a su relevancia económica y turística, durante años ha existido información limitada sobre la disponibilidad real de estas especies para las flotas recreativas.

Un estudio reciente realizado por la Federación Costarricense de Pesca (FECOP) viene a llenar este vacío. La investigación estimó la captura por unidad de esfuerzo (CPUE, por sus siglas en inglés) de pez vela, marlín, atún aleta amarilla y dorado (mahi mahi) a lo largo de la costa central y sur del Pacífico entre 2011 y 2023. Los resultados muestran un panorama contrastante: mientras la captura de pez vela por viaje y por hora ha disminuido de forma significativa, las demás especies se han mantenido estables o incluso han mostrado aumentos notables.

Pesca deportiva y sostenibilidad

El análisis revela que las fluctuaciones en la abundancia de pez vela observadas por las flotas turísticas están principalmente relacionadas con los cambios en las capturas comerciales y, en segundo lugar, con las variaciones en la temperatura superficial del mar. En los años en que se registraron mayores desembarques comerciales de pez vela, la CPUE de la pesca recreativa fue más baja, lo que sugiere una competencia directa entre flotas. Por el contrario, temperaturas marinas más cálidas se asociaron con mayores capturas turísticas, lo que subraya la sensibilidad de esta especie a las condiciones ambientales.

Las tendencias para el marlín y el dorado fueron distintas. En estos casos, el aumento de las capturas comerciales coincidió con un incremento en las capturas recreativas, lo que indica respuestas poblacionales y patrones de crecimiento similares en ambos tipos de flota. Para el atún aleta amarilla, en cambio, no se encontró una relación clara entre la pesca comercial y la recreativa. Aunque la CPUE de marlín, atún y dorado aumentó a lo largo del período estudiado, estos cambios mostraron poca conexión con la variabilidad de la temperatura del mar.

¿Qué está pasando con el pez vela en Costa Rica?

El pez vela, principal atractivo de la pesca turística en Costa Rica, experimentó una caída del 45% al 65% en la CPUE. Actualmente, los pescadores recreativos necesitan invertir más tiempo y realizar más viajes para capturar y liberar un solo ejemplar, lo que evidencia la urgencia de mejorar la gestión de la captura incidental y fortalecer la protección de esta especie clave para la economía nacional.

En contraste, las poblaciones de marlín parecen mantenerse estables o mostrar un ligero crecimiento, especialmente en el Pacífico Sur. Esto ha reducido el tiempo necesario para lograr liberaciones exitosas y contribuye a mantener experiencias de pesca recreativa de alta calidad.

El estudio ofrece evidencia clara de cómo la dinámica ambiental y el uso de los recursos influyen directamente en la disponibilidad de especies clave. Integrar estos hallazgos en la gestión pesquera, es fundamental para proteger tanto la sostenibilidad de los recursos marinos como las economías turísticas costeras. En la misma línea, investigaciones de la Universidad Texas Tech en Costa Rica confirman que la disponibilidad de especies como el pez vela y el marlín influye de manera directa en la satisfacción de los visitantes, el turismo recurrente y la recomendación del destino.

Un recurso en riesgo

El estudio, desarrollado por especialistas de FECOP, subraya la importancia de incorporar datos de la pesca recreativa en las estrategias de manejo pesquero. El investigador Johel Chaves Campos destacó que contar con información robusta sobre la abundancia de las especies es esencial para garantizar la sostenibilidad, y recordó que Costa Rica aún no ha adoptado ajustes de licencias basados en ciencia, como los que ya se aplican en países como Perú.

En conjunto, los resultados plantean un llamado urgente a fortalecer la gestión integral de la pesca deportiva, no solo como una actividad recreativa, sino como un pilar estratégico para la conservación marina y el desarrollo sostenible del país.

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