Playa Playitas está ubicada en Quepos, Puntarenas y forma parte del conjunto de playas en Manuel Antonio. Es conocida por su actividad portuaria pero su principal peculiaridad es que es posible practicar el nudismo. Esto se debe a su ubicación, que es algo apartada. Podemos hacernos la pregunta, ¿por qué existen las playas nudistas y cuál es el contexto en Costa Rica para que ellas existan?

Según el doctor en turismo Juan Carlos Monterrubio, los entornos turísticos ofrecen un escenario distinto al cotidiano, las personas tienen la oportunidad de adoptar una identidad anónima, comportamientos distintos e inclusos transgresores a las normas socioculturales. 

El concepto de playa gay, se construye por medio de las interacciones de los visitantes y los usos que estos le atribuyen a este lugar, es decir, es un espacio social y culturalmente construido por valores individuales y colectivos. Además, el paisaje natural de la playa se presta para el baño, la relajación, la espiritualidad y posibilita la comportamientos transgresivos como el nudismo entre otras prácticas aun consideradas tabú. 

El turista gay a su vez surge con el hecho de que algunas personas homosexuales necesitan visitar lugares para ser ellos mismos; así, experimentan una transición espacial, mental y conductual. Este traslado de lugar –de la cotidianidad del hogar a la playa– modifica en el viajero su estado psicológico, su conducta y la experimentación del entorno y su sexualidad. La playa es el espacio para dejar libre el verdadero ser, reprimido por el entorno cotidiano.

Todo esto nos lleva a pensar en la situación de la comunidad LGBTIQ+ de Costa Rica y el sector conservador-religioso del país. ¿Por qué esta comunidad necesita espacios cerrados para convivir sanamente? ¿Realmente Costa Rica es un país que respeta los derechos humanos de toda su población? 

En realidad, después de la guerra civil del 48, el país logró adquirir varios beneficios para los habitantes en cuestiones como salud y educación. Sin embargo, solo una parte de la población tuvo acceso a estos beneficios, acentuando las desigualdades entre las comunidades. En el presente siguen existiendo poblaciones que sufren de marginalización, exclusión y discriminación como las comunidades indígenas, afrocostarricenses, madres solteras pobres y la comunidad queer. 

En las últimas décadas, se han presenciado varios conflictos que exponen la situación de desigualdad en condiciones de vida, sobre todo de la comunidad LGBTIQ+. En efecto, durante las elecciones del 2018, la problemática del matrimonio igualitario estalló y fue un argumento decisivo, ya para votar a favor, ya en contra. No obstante, esta problemática venía arrastrando desde hace años el asunto de los derechos humanos en Costa Rica. 

Figuras como Fabricio Alvarado, Justo Orozco, Rony Chaves, Antonio Álvarez Desanti, Catalina Crespo iban surgiendo y al mismo tiempo renforzaron el sector religioso-conservador de toda Costa Rica con sus discursos expresamente religiosos y sensibles a la población. Estas figuras y sus partidos ofrecen a los votantes una alternativa política basada en sus creencias religiosas, legitimando la autoridad religiosa dentro de la vida pública de la sociedad costarricense. 

A modo de conclusión, se puede considerar que la comunidad LGBTIQ+ costarricense necesita de espacios como el de playa Playitas puesto que las entidades politicas y sociales no la apoyan y sostienen discursos de odio contra ellas. Costa Rica, al ser un país que se toma muy en serio su papel pacifico, le falta mucho para lograr aceptar a todas las comunidades de su territorio. 

Autora: Mónica Gallardo para Sensorial Sunsets