Los animales –no humanos– han participado desde siempre en distintos rituales de varios grupos humanos. Por ejemplo, gracias a la literatura se tiene el conocimiento de sacrificios animales en civilizaciones antiguas indoeuropeas y americanas. Y no solo sacrificios sino también ceremonias de juegos, desfiles, procesiones, etc. Pero no tenemos que ir tan atrás en el tiempo ni a tierras tan lejanas. En Costa Rica se celebran, en la actualidad, varias fiestas que tienen como sujeto principal a los animales, sobre todo ganaderos. 

El tope 

El tope es una fiesta costarricense que se celebra el 26 de diciembre. Se trata de un desfile de caballos realizado en el centro de San José que intenta conmemorar al caballo, elemento importante de la cultura de Costa Rica. Aquí se fusionan el pasado colonial y el presente del país, pues muchas familias costarricenses trabajaban la tierra, tenían fincas y así es cómo nace la cultura sabanera. Durante la fiesta, se puede ver a los caballos realizar pasos especiales –casi como un baile– carretas ornamentadas, disfraces y música en vivo. 

Las corridas de toros

Es una antigua tradición costarricense que consiste en que los toreros improvisados –toreros no profesionales– entren al redondel a retar al toro y entretengan al público. Pueden ser sujeto de levantines o de corneadas por parte del toro, pero ese es justamente el entretenimiento que se ofrece. Hay también una sección de monta de toros, en la que el montador debe intentar mantenerse encima del toro el mayor tiempo posible. Es un espectáculo en el que participa casi toda la población costarricense ya que el 94,5% de los ticos ve las emisiones televisivas y el 50,2% ha ido alguna vez a las corridas en vivo. 

Pero, ¿qué dicen los activistas?

Estos eventos, además de tener cientos de fanáticos, son criticados por los activistas de los derechos de los animales.

En efecto, en el 2018, una médica veterinaria escribió que los toros enviados a los redondeles sufren maltrato y ayunos con el objetivo de que puedan estar lo más alterados posible a la hora del espectáculo. Menciona que, aunque los toros no sean sacrificados en estos eventos, se sigue perpetuando la violencia contra estos animales. 

Con respecto al tope, en el 2017, el Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA) debió de retirar 5 caballos del desfile por trato indebido contra ellos y por la localización de heridas. Aunado a esto, los caballos están expuestos al sol por varias horas, deben soportar una caminata larga y lenta y todo el ruido humano que podría generar mucho estrés. 

En los ultimos años, se ha visto una campaña en redes sociales para intentar concientizar al resto de la población sobre los efectos dañinos que conllevan estos espectáculos en los animales. Sin embargo, la tarea de educar a los costarricenses va a tomar muchos esfuerzos e incluso años puesto que muchos vinculan estas actividades con la identidad del tico.