La feria del agricultor en Costa Rica es parte de la cultura costarricense. Cada fin de semana, miles de ticos van a hacer su mercado en estas ferias para hacer las compras de la semana.

¿Qué es la feria del Agricultor?

Con el fin  de apoyar a los agricultores nacionales, nace en 1984 el concepto de Feria del Agricultor,  una iniciativa del gobierno costarricense y de su presidente en ese entonces Luis Alberto Monge,  con su concepto  “Volvamos a la Tierra.”  Se crearon  bajo la Ley 8533 del Sistema Nacional de Ferias de Agricultor.      

Una feria del agricultor es un mercado minorista sin intermediarios para uso exclusivo de pequeños y medianos productores. Se  encuentran principalmente los sectores de la producción agropecuaria, pesquera, avícola y a veces artesanal. Los productores venden en la feria directamente sus productos a los consumidores.      A  cambio,   los   compradores   reciben   productos   frescos,   de   buena   calidad   y   a precios más bajos.  La   diversificación  en  la actualidad ha alcanzado venta de ropa, comidas preparadas, animales y plantas, entre otros.

Según datos de la Junta Nacional de Ferias del Agricultor, en total se desarrollan más de 100 ferias del agricultor a nivel nacional. Se trata entonces del mercado minorista más grande del país en donde participan más de 9.000 productores  que venden a más de 400.000 consumidores cada semana. Las ferias más conocidas son las de Zapote  y la de los Hatillos por ser de las  más grandes de San José.

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Feria del agricultor – Foto: Semanario Universidad

Ventajas de la Feria del Agricultor

Las ventajas a nivel social son que las ferias ponen en contacto directo a las personas productoras con las consumidoras, lo que es esencial para que las personas se vayan sensibilizando sobre el origen y las propiedades de los alimentos que consumen. Además, las ferias aseguran los ingresos de las familias agrícolas y de las comunidades apoyando a los agricultores y a las pequeñas empresas, lo cual no sucede cuando se compra en el supermercado.
Para el consumidor, la ventaja económica es consecuente: al eliminar los intermediarios, los precios son más bajos. Por otra parte,  se consigue una variedad más importante de frutas y vegetales, favoreciendo así una alimentación más sana.  Por último, se reduce la huella ambiental ya que el pequeño productor tiende a preservar la fertilidad de su suelo.

Autora: M. Barrantes para Sensorial Sunsets

Referencias

https://www.facebook.com/juntanacionaldeferiasdelagricultor?hc_ref=ARTC_23wnoSR6R87MrSIKrHF3_awWw9nzMricFyHNIQ1HBrXKbeG9uve0ul_fpSVYOk&fref=nf&locale=es_ES&_rdr