El 2 de agosto es una fecha muy especial para los habitantes de Los Ángeles, una localidad en la que la Romería y los turnos de ventas se convierten en el epicentro de una festividad llena de fervor religioso y oportunidades económicas. 

Esta tradición, arraigada en la cultura local, es esperada con ansias por muchas familias que ven en ella una oportunidad para obtener ingresos extras y «hacer el agosto», tal como dice el dicho popular.

Espiritualidad y tradiciones arraigadas

Los puestos de venta durante la Romería en Los Ángeles no solo son lugares comerciales, sino también santuarios de espiritualidad y tradiciones arraigadas. Estos espacios se impregnan de una devoción palpable a medida que ofrecen productos religiosos que fortalecen la fe de los devotos. Desde rosarios hasta imágenes de la Virgen, cada artículo se convierte en un medio para expresar la devoción y la conexión espiritual con la Virgen de los Ángeles. 

Durante este trayecto, las personas recorren largas distancias y atraviesan diferentes localidades, lo que implica un gran esfuerzo físico y emocional. Los vendedores se percataron de esta necesidad y comenzaron a instalarse en puntos estratégicos del camino para ofrecer alimentos, bebidas, artículos religiosos y otros productos que pudieran ser de utilidad para los peregrinos.

Estos puntos de venta fomentan tradiciones centenarias, como la realización de promesas y ofrendas a la Virgen, lo que enriquece el ambiente festivo con un sentido profundo de gratitud y esperanza

Con el tiempo, este fenómeno se convirtió en una tradición arraigada y se establecieron «turnos» de ventas durante la Romería.

En otras palabras, son una tradición que ha evolucionado a lo largo del tiempo, y su origen se remonta a la necesidad de los romeros de abastecerse de provisiones y recuerdos durante su peregrinaje hacia el santuario de la Virgen de los Ángeles.

Los churros de Cartago

Los churros son uno de los protagonistas durante la Romería en Los Ángeles. 

Elaborado con una masa a base de harina, agua y sal, que se inserta en una bolsa de pastelería con una boquilla de estrella para darles su característica forma alargada y estriada. Luego se fríen en aceite caliente hasta que estén dorados y crujientes en el exterior, mientras que el interior sigue siendo suave y esponjoso. Estos deliciosos dulces fritos son una tradición culinaria que agrega un toque especial a la festividad, y sin duda, son una de las características más esperadas por los asistentes.

En los Ángeles, es común encontrar dos tipos de churros: los normales y los rellenos. Los churros normales son la opción más tradicional y se sirven acompañados de azúcar espolvoreada o bañados en chocolate caliente. Por otro lado, los rellenos son una variante más innovadora y apetecible para muchos.

Desde el 22 de julio, cuando las ventas comienzan a subir, y se mantienen altas hasta aproximadamente el 3 de agosto

Es importante mencionar que la Romería y los turnos no solo benefician económicamente a los comerciantes y vendedores locales, sino que también generan un impacto positivo en la comunidad, ya que promueven el espíritu de unión y tradición.

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